Un minuto, un hueco

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Un minuto en el día equivale a un espacio para cuidarte

Siendo una madre de familia, puede que oigas en reiteradas ocasiones durante el día y quizás durante la noche una frase: “¿Mamá, me ayudas?” “Mamáááááá”

Desde el nacimiento de los hijos y desde un punto de vista biológico, nuestra condición humana está preparada para afrontar y asegurar la supervivencia de nuestra prole. Es por ello que nuestro organismo se pone en alerta para habilitar el mejor escenario posible y crear oportunidades para la consecución de una feliz supervivencia.

¿Pero qué ocurre cuando la falta de límites en las funciones como cuidadora se extralimitan porque las demandas son muy constantes o muy intensas? ¿Qué ocurre hoy en día que parece que el tiempo pasa más rápido y debemos conseguir más objetivos diarios?

Se crea un escenario donde 24 horas parecen un tiempo irrisorio frente a lo que pensamos que necesitaríamos para acometer todas nuestras tareas. ¡La casa, los niños, el trabajo! ¿Y nosotras? ¿nosotrasssssss????????

Estar expuesta a una situación intensa de estas características impacta directamente en la percepción del bienestar subjetivo de una mujer.

La falta de sueño, las jornadas interminables y las responsabilidades como madres van sumando cansancio en nuestro cuerpo y en nuestra mente hasta que un día te das cuenta que el principio y el final del día parecen haberse solapado y avanzan en el calendario como una apisonadora gigante e imparable. Y así suceden las semanas, los meses e incluso los años.

En mi opinión, la percepción subjetiva de nuestro bienestar es algo que deberíamos tomarnos muy en serio y trabajar para mejorarla.

Esto implica una férrea voluntad de responsabilidad sobre ella y entender que somos nosotras mismas las que debemos tomar las riendas de la situación. No es fácil porque quizás no podamos adoptar medidas drásticas como huir de la causa, aunque a veces nos den muchas ganas. Tampoco es cuestión de plantearse un retiro alejadas del mundo, porque cuando volvamos, lo más probable es que la situación haya empeorado.

Así que propongo que empecemos despacito, tomando medidas pequeñas y asequibles que podamos llevar a cabo en cualquier lugar y a cualquier hora.

Por ejemplo, empezar parándonos 1 minuto a respirar en diferentes momentos del día. Y solamente a inspirar y espirar lentamente, en silencio y quietas.

Puede parecer una medida baladí porque ¿qué es un minuto en nuestras vidas? pero lo que pretendemos es hacernos un hueco en el devenir del día. 1 minuto 1 hueco.

Si lo repetimos, lograremos transmitirle a nuestro cerebro que empezamos a hacernos sitio.

Ya hemos hecho lo más difícil. Hemos encontrado un tiempo para nosotras aunque sea pequeño.

Es importante mantener una respiración profunda en ese minuto. Es nuestro minuto de oro y nos lo hemos ganado. Saboreadlo.

Ya tenemos a nuestro cerebro un poco sorprendido con esta práctica, pero aún podemos aprovecharnos más del efecto si comenzamos a repetirnos a nosotras mismas afirmaciones positivas o frases “click”.

Las afirmaciones positivas son muy potentes y pueden llegar a cambiar la química de nuestro cerebro, combinadas con la respiración.

“Yo si puedo”, “Si lo intento, lo reviento”, “Yo soy el Amor y la Vida”. Busquemos dentro de nosotras una afirmación que nos haga “click” y repitámosla mientras entramos en el momento “1 minuto, 1 hueco”.

Tras esta práctica, lo que yo haría es empezar a visualizar cómo nos gustaría que fuesen las cosas. De igual modo que con la respiración, creo que sería mejor ir lentamente y hacer visualizaciones cortas. Si no estamos acostumbradas, incluso de segundos. La cuestión es empezar.

Hacer visualizaciones es una técnica que nos hará estar más alerta y preparadas cuando se presenten las situaciones en la realidad. Con el tiempo, estaremos más serenas para elegir cómo se tiene que desarrollar una situación y cómo podemos incidir en ella. Nuestro objetivo es tomar conciencia interna y responsabilidad.

Así, lograremos cambiar nuestro estado mental y pensaremos que hay esperanza. Este es un concepto muy importante y trabajárnoslo nos ayudará a crear una química más positiva.

Ya sabéis que la aventura de ser madre es algo maravilloso y extenuante a la vez. Que hay ocasiones en las que se pierde la perspectiva y todo parece muy oscuro y confuso.

Pero me gustaría deciros que sin vosotras, vuestra dedicación, vuestro esfuerzo y lo más importante vuestro AMOR, este mundo no sería posible. Se marca la diferencia. ¡¡BUEN TRABAJO!!

E.L.F.

Imagen de anncapictures en Pixabay .

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